Abajo: un joyero contiene recuerdos navideños. columnas

Después de casi diez años de no usar ninguna de mis joyas, decidí que era hora de limpiar los cajones de aretes que no combinaban, collares y pulseras rotos.

He tenido fases en mi vida, he tratado de inspirarme y el resultado ha vuelto a ser lo que era antes: poco o nada de maquillaje, sin joyas, jeans y un suéter. Si me pongo lápiz labial, creo que lo estoy usando.

Cuando me encontré con el collar que mi papá me regaló un año por Navidad, se me saltaron las lágrimas. He usado este collar más que cualquier otra cosa que haya tenido y lo apreciaré para siempre.

Muchas veces, cuando intento ver a papá, lo encuentro mirando sus revistas favoritas y recitando sus historias una y otra vez. Me habló del artículo que acababa de leer y minutos después me volvió a contar. En ese momento de su vida, la demencia le había robado la memoria a corto plazo, aunque todavía tenía la capacidad de comunicarse con sus emociones.

Cuando me iba, me entregó una página doblada de la revista y me dijo que se la diera a mi «media naranja» y le dijo que era una sorpresa. Me ordenó que no lo viera pero por supuesto lo hice y me fui. Era un anuncio de un collar con un corazón de oro grabado con las palabras: «Una niña vale más que todas las joyas preciosas de la tierra». Aunque sabía que papá probablemente no entendía esta idea, todavía me conmovió que encontrara las palabras impresas para expresar sus sentimientos.

No podía recordar la última vez que papá se sintió así sin demencia, así que conservé las páginas del diario durante varias semanas. Cuando se lo mostré a la «media naranja», estuvo de acuerdo en que era la idea porque sabemos que papá no recuerda la gordura ni la ternura, el eslogan. Finalmente tiré la página, pero en secreto deseaba que fuera un regalo de papá hace años, quien, en mi opinión, era el hombre con todas las respuestas y conocimientos.

Esta Navidad fue la última que papá pasó en su propia casa, porque ese verano lo trasladamos a su «nuevo apartamento» después de cortar el tendido eléctrico con clips de fibra de vidrio. Mientras limpiaba la cocina, mi media naranja y mi papá entraron con una pequeña caja envuelta.

Me preguntaba qué estaban haciendo los dos y pude ver la sorpresa en el rostro de papá porque ya había olvidado su sorpresa. La cajita contenía un collar de corazón de la revista cuando estas dos personas maravillosas en mi vida me dieron el regalo de la consideración y el amor.

Gracias papá por esas palabras que quería escuchar y a mi verdadera mitad que me ayudó a recordar cómo decirlas.

Sandy Turner escribe sobre la familia y la vida en el Medio Oeste.

(Etiquetas para traducir) Joyería (T) Industria de la construcción (T) Minería de oro (T) Cristianismo

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